En una mañana del 2005, "El torso de Adele", una de las piezas más importantes de la exposición de Auguste Rodin en Chile, instalada en el Museo Nacional de Bellas Artes, desapareció. El robo movilizó no sólo a trabajadores del espacio cultural, sino que también a carabineros e incluso desató discusiones sobre la imagen de Chile en la política internacional. 24 horas después del suceso, un tímido estudiante de Arte de la Universidad ARCIS confesó ser el responsable. Argumentó, sin embargo, que no se trataba de un robo, sino que de un proyecto que reflexionaba sobre la vulnerabilidad artística, sobre lo presente y lo ausente. En "Robar a Rodin" (2017), documental disponible en Ondamedia, dirigido por Cristóbal Valenzuela y premiado en México, Brasil, España, Estados Unidos, y Chile; se recrea uno de los robos artísticos más impactantes de la historia chilena. A través del testimonio de diversos involucrados, y mediante el uso de códigos del género policial y la comedia, se presenta y reflexiona en torno a diversas perspectivas del conflicto, como la artística, emocional, estética, judicial, psicológica y social.