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Sandra Acevedo, coreógrafa, bailarina y docente: “Disfruto poder provocar a otros cuerpos, cambiar perspectivas, movernos, redescubrirnos”

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Con un fuerte interés por descentralizar y difundir la danza fuera de los espacios convencionales, Sandra lleva más de 20 años cultivando esta disciplina en distintos puntos del país. Conoce más de su historia en la siguiente nota.

Cuando era niña Sandra tenía muchas inquietudes. Le gustaban la lectura, la matemática, la historia y el arte. Pero hubo algo decisivo en su infancia que la encaminó hacia lo que más ama hoy: la danza: “A los 16 años encontré un afiche de un taller intensivo de danza teatro improvisación con Vicky Larraín. El taller era en el antiguo Café del Cerro que estaba al lado del Santa Lucía. Participé todos los días, quedé encantada con la expresividad del movimiento de los cuerpos y la diversidad de gente que asistía, había personas del mundo del teatro, la danza y la performance tomando el taller. Sentí que se relacionaba con todos mis intereses”, recuerda la coreógrafa, bailarina y docente Sandra Acevedo Salinas. 

Aquella experiencia la impulsó a continuar formándose en la disciplina, primero ingresando a la carrera de Licenciatura en Artes mención en Danza en la Universidad de Chile, y más tarde estudiando Licenciatura en Danza y Postgraduación en Coreografía en la Universidad Federal de Bahía (UFBA), donde permanece 7 años ofreciendo clases abiertas en la Escuela de Danza y Teatro de dicha institución. También fue fundamental todo lo que aprendió estudiando y trabajando junto a grandes referentes de la danza independiente en Chile de los años 90, como Luis Eduardo Araneda, Peggy Kuruz, Nelson Avilés y Elisa Garrido. 

Sandra ha ido aplicando todos estos aprendizajes en cada uno de sus desafíos profesionales. Así es como a lo largo de sus más de 20 años de trayectoria, se ha movido por varios rincones del país con distintas creaciones e impartiendo clases de forma independiente en espacios como plazas, gimnasios y multicanchas, procurando a través de esto llegar a nuevos públicos y ampliar el conocimiento sobre las posibilidades expresivas que tiene el cuerpo. Sobre esta experiencia, reflexiona: “Me parece que es importante que usemos los espacios que nos permitan poner al cuerpo en otras condiciones y situaciones físicas, en otros paisajes arquitectónicos o naturales. Para mí no tiene sentido que el artista exponga su cuerpo únicamente en una sala cerrada”.  

De forma paralela a todo esto, Sandra también ha sido intérprete y ha impartido clases como profesora en distintos colegios y universidades. En el rol de coreógrafa ha dirigido grupos como Cuerpos en Escena en la Región de la Araucanía y el Colectivo de Artes Escénicas Zona de Obras en la Región de Coquimbo. 

Radicada actualmente en la cuarta región, Sandra también ofrece talleres abiertos para púbico aficionado a la danza, con clases que integran las más variadas técnicas corporales, y en las que incluye todos sus conocimientos de pilates, graham, capoeira, contemporáneo, barra suelo, circo, teatro físico y butoh.  “Insisto en motivar a las personas que participan de estos talleres a investigar, probar, experimentar y a compartir sus mundos. Disfruto el poder provocar a otros cuerpos, cambiar perspectivas, movernos, redescubrirnos”. 

Sandra es además una de las cinco artistas seleccionadas para los Encuentros Coreográficos Nacionales, programa impulsado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio que busca potenciar la investigación y experimentación en torno a la danza. En el marco de la novena versión de este espacio, trabajará en el desarrollo de su propuesta El zoológico no extinto aun, proyecto que se presentará en modalidad de apertura de proceso durante el segundo semestre de este año. 

Conoce más sobre el trabajo de Sandra aquí.
 

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