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Entrevista a Marcia Olave, titiritera de la Compañía Manos Revueltas

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Dedicada a este oficio desde el año 2002, a lo largo de su trayectoria ha incursionado en la animación infantil y el teatro de títeres, y ha participado de las agrupaciones “Corazón”, “Payasitas Así o Asá” y las compañías “Pimpiriflauta”, “Dedos Pintados” y “Manos Revueltas”.
Conoce más de su historia y vínculo con el oficio en la siguiente entrevista:

¿Qué es lo que más disfrutas de tu oficio?

Creo que lo que más disfruto es que se trata de un momento único e irrepetible. La función es la misma, el texto es el mismo, tu pauta de movimientos es la misma, pero el momento mágico se da en el diálogo con el público, en ese intercambio de emociones que se produce en cada función. También hay gratificación cuando el público se acerca, comenta sobre la obra y te felicita, son momentos que uno va guardando en el corazoncito. Hay otros espacios como los talleres donde disfruto mucho de la creatividad de los niños, ahí yo siento que ellos me enseñan mucho y ese es el poder de los títeres en la infancia en los procesos de creatividad, donde los niños exploran en su imaginación y creación. 

¿Quiénes son tus principales maestr@s o referentes en Chile?

Destaco al compañero Juan Valdivia de la Compañía Dedos Pintados, quien cuenta con una larga trayectoria titiritera y que ha impulsado a nivel nacional encuentros, festivales y promoción de este arte. Con él, en una alianza amorosa, comenzamos a trabajar y a gestionar actividades independientes en torno al oficio, gracias a lo que pude acceder a otros festivales y conocer nuevos referentes. 

Dentro de los referentes históricos, con quien también tuve la posibilidad de compartir y trabajar fue con Tito Guzmán de la compañía Candelilla, actualmente Tesoro humano Vivo, y quien fue además maestro de otros titiriteros; entre ellos Juan Valdivia, Sudelia Herrera de la compañía Artilugios, y muchos más que tuvieron la posibilidad de vincularse con él y conocer el oficio. También en esta lista debo mencionar al maestro Miguel Oyarzún quien hizo un caminito acá en Chile formando a otros titiriter@s y que actualmente, a pesar de vivir en Argentina, vuelve a dar talleres a las nuevas generaciones. Debo decir  que nuestro oficio se ha desarrollado de forma muy diversa y amplia, puesto que tenemos grandes exponentes que aún se mantienen en el anonimato. 

¿Cómo podríamos aventurarnos a contar la historia de los títeres en Chile? ¿Cuáles hitos han marcado su desarrollo?

Gracias a distintas generaciones de investigadores que han documentado la historia de los títeres en Chile, se puede dar cuenta que este arte se desarrolla desde los tiempos de la Conquista. Por ejemplo, tenemos el texto de los hermanos Cerda, quienes escribieron “Teatro de títeres: arte, técnica, y aplicaciones en la educación moderna” (1968) y “El teatro de títeres en la educación” (1989). También encontramos las investigaciones de Isabel Hernández e Iván Muñoz “Historia de Títeres y Titiriteros” y además la realizada por Sergio Herskovits Álvarez en los libros “El anónimo oficio de los títeres en Chile” y “Memorias históricas de los títeres en Chile. 
Siendo una titiritera más nueva, creo que los hitos están dados por las posibilidades de encuentro y organización del gremio, espacios que han sido impulsados de forma independiente y autogestionada, y donde las antiguas generaciones organizaron festivales y encuentros que posibilitaron la difusión del oficio, generando con ello no sólo conocimientos en el arte titiritero, sino que también formación de nuevas generaciones. 


¿Cuáles son los desafíos del sector en el nuevo escenario de política cultural? 

Que el oficio de titiritera y titiritero en Chile sea una opción de vida para las futuras generaciones. Pero para que eso ocurra necesitamos que las políticas públicas acompañen los procesos de formación y difusión. Somos muchos los que tuvimos la posibilidad de encontrarnos y optar por este oficio, sin embargo, debemos reconocer que no ha sido fácil. Hemos tenido que convertirnos en gestores para vender nuestras obras y capacitarnos para tener espectáculos de calidad. Y todo esto desde la autoformación e intercambio de conocimientos entre colegas. Necesitamos que se puedan impulsar escuelas donde existan directores de obras de títeres, guionistas, iluminadores y educadores. Además, algo muy importante es que contemos con espacios de circulación y escenarios donde presentarnos. Ese también es uno de nuestros objetivos, incidir en las políticas públicas para obtener financiamientos para estos espacios. 
 

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