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Lientur Rojas, director de la compañía de teatro de títeres Pirimpilo: “Lo que más disfruto de mi oficio es la interacción y retroalimentación con el público”

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Titiritero desde los 14 años, lleva más de 60 años de trabajo junto a la compañía Pirimpilo, una larga trayectoria por la que ha recibido varios reconocimientos por su contribución a las artes escénicas en la región del Biobío. 

Lientur Rojas dio sus primeros pasos en el arte de los títeres a los 14 años. Guiado por el poeta y titiritero argentino, Javier Villafañe, aprendió a muy temprana edad a construir muñecos de aserrín y medias. “Así comencé, probando distintas técnicas hasta llegar al papel maché.  Luego de encontrar la pasta perfecta, con un calcetín y un palo de escoba, nació Pirimpilo, el primero muñeco que realicé con esta técnica”, recuerda. 

Docente, actor, dramaturgo y gestor cultural, este titiritero de gran trayectoria, fue además integrante del emblemático Teatro de la Universidad de Concepción (TUC), y por 22 años dirigió el Centro Artístico Cultural de Concepción (C.A.C). En paralelo a todo esto, continuó llevando espectáculos de títeres a distintas ciudades de Chile y el extranjero junto a la Compañía Pirimpilo, que fundó el año 1962 y que hoy mantiene vigente junto a su hija Katiuvchka Rojas y su nieto Joaquín Fernández. 

Autor de libros que promueven el uso de títeres en el aula como “A telón abierto”, “Teatro para inventar”, “Expresarte…textos y contextos” y “Tras candilejas, teatro para estudiantes”, por su aporte de años a las artes escénicas, ha recibido reconocimientos como el Premio Municipal de Arte, el Premio Regional de Arte y Cultura (2014) y el Premio Ceres a la Trayectoria (2017-2018), este último, entregado por su contribución al desarrollo del teatro en la región del Biobío.
 
¿Qué es lo que más disfruta de su oficio? 

Lo que más disfruto de mi oficio es la interacción y retroalimentación con el público infantil que se produce durante el desarrollo de una puesta en escena.  Eso es lo fundamental de mi oficio. Creo que los títeres tienen la capacidad de provocar cercanía, creando una circunstancia que yo defino como “mágico maravillosa”, donde se funde realidad con fantasía y se desarrolla el imaginario de la audiencia tanto infantil como adulta. 

¿Cómo describiría el sello artístico de la Compañía Pirimpilo?
El sello artístico es que posee una estética muy representativa y definida en la ejecución de sus muñecos, presentando diseños suaves y amables a la vista, ojos grandes y expresivos. Trabajamos con textos propios en los que lo poético siempre está presente. El público al que llegamos va de los 3 hasta los 90 años, y en nuestros cuentos el bien siempre vence al mal, y el malo generalmente se redime ayudado por los personajes protagonistas. Además, trabajamos en la difusión y rescate de leyendas tradicionales en varios de nuestros relatos y obras infantiles.

¿Cuál es el secreto para continuar vigentes como compañía durante 60 años?
La constancia y estar siempre en cartelera. Así, por ejemplo, se hizo en pandemia, donde utilizamos los medios audiovisuales, funciones por Zoom y por plataformas virtuales. También lograr la profesionalización del arte de las marionetas y los títeres, tanto en su ejecución como en el desarrollo de los textos.

¿Cuál cree que es en la actualidad el rol y aporte de quienes se dedican a cultivar este arte?
El aporte es la integración del oficio del teatro de títeres en la educación de manera correcta, ejecutado por los mismos titiriteros y titiriteras dentro del aula. El contribuir al patrimonio cultural de salvaguardar este oficio milenario, y el aportar en el fomento del desarrollo del arte y la cultura en niños, niñas, adolescentes y adultos, sin excluir a adultos mayores, estimulando su creatividad e imaginario. 

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