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Entrevista a Leonor Guzmán, titiritera y gestora cultural

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En el Día Internacional del Títere, te presentamos a Leonor Guzmán, artista escénica dedicada hace más de 19 años al teatro de muñecos y cofundadora junto a Claudio Cabezas de la compañía Kanelo Mágico.

Miembro de la Asamblea de Titiriteras y Titiriteros de Chile ATTICH, Leonor tiene una amplia trayectoria en esta disciplina, destacando su trabajo en diversos centros educacionales, comunitarios y organismos públicos. Actualmente dirige el montaje “Amigosmigos” de la Compañía Elita Cuentacuentos y está a cargo de la codirección de la obra “Puck El Gnomo” del Colectivo Teatro La Mariposa. Además, se encuentra en proceso de investigación para un nuevo montaje llamado “Arpilleras”.

Aquí te contamos un poco más de su historia:

¿En qué momento tomas la decisión de dedicarte al oficio del títere?

Mi camino en el oficio del títere parte en el año 2002, cuando trabajaba en la comuna de Lo Espejo en un proyecto con mujeres para PRODEMU. Ahí conocí a mi gran amiga y compañera Sudelia Herrera (hoy fundadora de la Compañía Artilugios) y, junto a Claudio Cabezas, conformamos Kanelo Mágico. En ese entonces estábamos buscando un nicho que nos diera la libertad de desarrollar nuevas metodologías para aplicar en contextos educacionales o como herramientas de apoyo terapéutico, y reconocimos en el títere todas estas posibilidades. Sin duda nuestros principales aprendizajes fueron en Argentina, donde comenzamos a participar del encuentro de juglares que se realizaba en Cosquín (Córdoba). Allí aprendimos técnicas en teatro de sombras, mesa o manipulación directa y guante o guiñol, y a partir de eso dimos vida a diferentes montajes que hasta el día de hoy siguen vigentes.

¿Qué es lo que más disfrutas de tu oficio?

Muchas cosas como el abrazo sincero y honesto de los niños y su compromiso con los personajes olvidando nuestra presencia. También, la posibilidad de crear cosas complejas desde lo más mínimo de los recursos, y la libertad de plantear nuestra propia forma de enseñanza, utilizando metodologías variadas con los generosos títeres. En todo este camino además valoro haber compartido con una infinidad de titiriteres pensantes, conscientes, así como creadores de distintas latitudes del mundo.

¿Quiénes son tus principales maestr@s o referentes en Chile y por qué?

Mi mayor referente en los títeres es el chileno Miguel Oyarzún Pérez de la Compañía El Chonchón, quien actualmente está radicado en Córdoba, Argentina. Me gusta su estética y trabajo en la técnica del guante o guiñol, además de todas las posibilidades creativas y de conexión con el público que plantea a través de la pantomima.


Como artista cultura de esta disciplina, ¿cuáles crees tú que son los desafíos del sector de los titiriteros en el nuevo escenario de política cultural?

Creo que uno de los principales desafíos de aquí a futuro es las organizaciones hoy existentes de la disciplina logren un lenguaje en común para posibilitar que muchos más puedan conocer y tener futuros titiriteres cultores de este arte en Chile. Además, está el lograr que como disciplina tengamos escuela a nivel nacional, con espacios formales en universidades, colegios y salas especializadas para los títeres en todo Chile.

Que todos los titiriteres de Chile tengan un resguardo laboral permanente, tanto para los que trabajan en calle, escuelas, salas, entre otros espacios.

Respecto al punto de la formación, podrías profundizar un poco más en cuáles son los temas pendientes en este ámbito.

Una de las principales preocupaciones por años ha sido la falta de formación o de espacios vinculados al arte de los títeres. Sus diferentes cultores hemos tenido que explorar desde la autogestión y la autoformación. Si bien algunos han creado espacios en sus hogares para poder mostrar al público sus trabajos, muchos en su mayoría dependemos de salas, escuelas, bibliotecas, gimnasios, y también de otros espacios como plazas, juntas de vecinos y centros comunitarios. Por eso creemos que es vital avanzar y lograr tener salas especializadas con las necesidades técnicas adecuadas para la múltiple variedad de espectáculos y técnicas que hoy ofrecen las diferentes compañías del país y las extranjeras que nos visitan.

Respecto a la formación como tal, se contesta un poco en la pregunta anterior. Existe la necesidad de replantear mayas curriculares en las universidades donde la carrera de titiritero esté presente y no sea una simple asignatura aludiendo al teatro de objetos. Otro punto importante es crear escuelas en las diferentes regiones para que este arte sea traspasado a cada vez más personas.

Sabemos que los títeres y el teatro de objetos, en general, son grandes herramientas para la educación, especialmente en niños, niñas y adolescentes ¿Cuáles cruces y desafíos crees que existen en este ámbito?

Creo que es una herramienta fundamental en la educación. El títere no es solo diversión, ya que en el aula también aporta al trabajo en equipo, el desarrollo de habilidades sociales y emocionales, y puede estar inserto en las distintas áreas de aprendizaje, favoreciendo el lenguaje oral y escrito, y potenciando la imaginación y creatividad.

Por ello creo que es importante insistir en este desafío, ya que las exigencias académicas muchas veces son estresores para las y los estudiantes, afectando estos cambios en todos los niveles donde ellos se relacionan. Tenemos que estar a la altura de los nuevos tiempos y de las exigencias en educación que requieren cambios y nuevas metodologías, y qué mejor que hacer todo esto a través del arte y con los títeres.

 


 
 

 

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