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Documental Tesoros Humanos Vivos: Tradición de salineros y salineras
Ubicadas en la región del Libertador Bernardo O’Higgins, en la provincia de Cardenal Caro, específicamente al sur y sureste de Pichilemu, se encuentran las salinas de Cahuil, Barrancones y la Villa. En este lugar, desde hace siglos se práctica el oficio artesanal de la extracción de sal de mar.
Las salinas se encuentran emplazadas en terrenos bajos ubicados en la riberas norte y sur de la laguna Cahuil, que recibe aportes hídricos del estero Nilahue y esteros menores que desembocan llevando agua dulce. Es en estas zonas próximas a las riveras donde se ha construido un sistema de esclusas que reparten el agua del mar por métodos pasivos a partir de desniveles entre el fondo de los terrenos y el nivel del mar en un complejo entramado de sitios contenidos por bordes de tierra. Estas zonas de influencia marítima son denominadas “marismas”, que corresponden a áreas pantanosas localizadas al final de un río, y que en este caso, actúan también por diferencias en la altura de las mareas. La técnica de extracción de la sal, es la misma de épocas prehispánicas, consiste en un proceso que dura de 4 a 5 meses y que se inicia cuando las altas mareas vuelven salobres a la laguna, al bajar estas, el agua queda atrapada en cuarteles que asemejan piscinas poco profundas de 200 metros cuadrados, donde por evaporación solar, se cristaliza una gruesa capa de sal que después es barrida utilizando palas, angarillas y carretillas en algunos casos, y posteriormente, amontonada en altos cerros en forma cónica para finalmente ser envasada en sacos.
El proceso de producción se realiza de manera artesanal, aunque recientemente se han reemplazado algunas herramientas para optimizar el tiempo y esfuerzo de trabajo. Si bien es una actividad que ha estado en riesgo de desaparecer, en los últimos años se han realizado esfuerzos importantes liderados por las organizaciones de salineros para gestionar diversos apoyos por parte de instituciones públicas, lo que ha permitido resaltar e ir dando valor a esta actividad productiva y patrimonial a nivel nacional e incluso internacional.
En 2011 el Estado de Chile entregó el reconocimiento de Tesoros Humanos Vivos a un grupo de cultores agrupados en la Cooperativa Campesina de Salineros Cahuil, Barrancas y la Villa, por sostener y desarrollar un modelo sustentable de cultivo de sal que es resultado de la cooperación entre el ser humano y la naturaleza.
Fuente: SIGPA